Funeral Jazz

By Burbulina



1.

Valentín la invitó a su precario living, tal vez para ver la caída del sol, afirmaba que tenía una de las mejores vistas del lugar.
Cuando mirar por la ventana, o abstraer la mirada sobre los libros no era excusa de silencio, le ofreció un té.
- ¿Dos de azúcar?
- Si, por favor.
Valentín fué a la cocina, dos de azúcar, puso los saquitos y volvió.
-Sabés, Valentín -dijo Lucrecia- creo que sí tenés la mejor vista.
Era increíble, el sol anaranjado iluminaba la sala dejando calidez y llevándose las miradas sin dueño.
-Pero no vine para ver atardeceres, vine por vos, me preocupás Valentín -dijo frunciendo el ceño-¿Sabés hace cuánto que intento comunicarme?
Valentín, se paró y trajo los tés. Perdoname-dijo- estaba el agua hirviendo.
-Si, no podría no saberlo,me llenas el teléfono de mensajes.
- ¿Y lo decís así como si nada? Siempre tan atento vos eh?
Valentín dejó su té en la mesita y aclaró con la voz amargada:
-No pasa nada Lucrecia, sólo quiero estar solo.Estoy pasando una nueva etapa. Una etapa de reflexión, la muerte de Mariel dejo en mi tantos cuestionamientos que no logro salir adelante.
-Mirá Valentín, ayer me llamaron de tu trabajo y me dijieron que hace días que le venís diciendo que estás enfermo y no presentás nada. Hablaba un muchacho, estaba enojado sin duda.
-Julio Cesar, siempre igual .¿Qué te dijo?
- Me preguntó por vos, como no estaba enterada de “esto” y vos no me atendias el teléfono no supe responderle algunas cosas. Me dijo que si no te presentabas este lunes, que de buena gente esperaba, iba a llegar tu despido. -¿Qué te parece?
-Me parece bien, tenía pensado dejar de trabajar.
-Valentín somos amigos, no puedo dejar que te hundas solo. ¿Por que no me contás cuál es tu problema?
-No entenderías.
Lucrecia miró el reloj.
-Tengo que irme, debe estar por llegar Julio y si no estoy en casa se vá a preocupar.
- ¿Querés venir a comer con nosotros?
Valentín continuaba en silencio. Lucrecia le dio un beso en la frente y se fué.
El golpe de la puerta, el ruido de un auto, el tema que sonaba, su vida, su soledad infinita. Se puso a llorar.

2.

Se hacían la dos de la tarde y Valentín se estaba levantando .No había podido casi dormir, pero era inútil estar recostado. Ya reconocía todas las manchas de humedad del techo, los diez animalitos que formaban y los monstruos horribles que algunas grietas le representaban.
De pronto apareció Cati, su gatito. Se asomaba por la ventana, y rascaba el marco con su patita .Valentín no sostuvo una lagrimilla y se puso realmente feliz. Abrió la ventana y le dijo:
-Cati, apareciste, dónde te habías metido? Te voy a dar agua y comida asi no te me vas de nuevo. –rió-
-Miau.
- No, no llores pequeñita. Comé, comé que estas flaquita. Mirá, yo como, ves? ahora te toca a vos.
A pesar de tener de nuevo a Cati, la dosis de alegría se agotó. Sonaba Spinetta y Valentín volvió a sentir el frío de la soledad. Decidió comer algo, iba a desaparecer pronto si seguía así. Preparó fideos y les salieron insípidos, pues se había quedado sin sal y sin tomates. Igual los comió y pareció satisfecho. La pila de platos superaba la pileta pero no tenía ganas de hacer nada, menos de lavar como una fregona.
Sentado en el sillón, una vez más contempló el atardecer. No se cansaba nunca. Siempre encontraba nuevos colores y el sol le recordaba a Mariel su esposa; su hermosa esposa de rizos y sonrisa contagiosa.
Mariel había fallecido en un accidente de autos hacia casi dos años. Desde ese entonces Valentín había cambiado mucho. Superaba su ausencia por momentos pero la muerte de su único y primer amor se habia llevado su chispa dejándolo insulso como los fideos.

Pues yo te escribiré
Yo te haré llorar
Mi boca besará
Toda la ternura de tu acuario.


Seguía en la radio. El sol se escondía entre las montañas y Valentín permanecía mirándolo por la ventana, como lo había hecho durante esos meses. De repente escuchó la puerta sonar. Sería Lucrecia? No atendió. Seguían insistiendo.
-Valentin! Valentín! Gritaban.
Valentín miró por la mirilla, efectivamente era Lucrecia quien con cara de preocupada sostenía un paquetito de panadería.
Resignado, abrió la puerta.
-Estabas en el baño? Hace 5 minutos que estoy acá.
Valentín afirmó con la cabeza.
- Mira, compré facturas para que tomemos unos mates. Es tarde, ya sé, pero recién salgo del trabajo y me gustaría que charláramos un poco. Hace mucho que no hablamos ¿no?
- Si, tenés razón .Voy a prepararlos.
Valentín fué hasta la cocina y volvió con las cosas.
Se sentaron en la mesa. Ninguno sabía que decir. Era evidente que no era casual la visita de su amiga, ya no esta vez. Al fin Lucrecia dijo:
-Cómo estás Val? No quiero quedar, ya sabés, como una molesta.
-Si te digo que estoy bien, te miento .Pero no es nada grave, me suelen agarrar estas recaídas.
-Pero esta vez, es distinto .No parece una recaída normal. Ni a trabajar vas .Cómo vas a mantenerte? – Insistió-
-Cobro la pensión de Mariel, con eso me arreglo.
- No sé, no me parece, tendrías que trabajar aunque sea para salir de esta casa.
- Para que quiero relacionarme?
Los dos se miraron, todo era tan evidente, no hacían falta palabras. Valentín sabía para qué necesitaba salir pero cuestionaba todo como un niño de tres años, mientras que Lucrecia sabía que si su amigo seguía asi iba a terminar mal.
-Está largo el mate eh? Dale, que estoy atorada-dijo Lucrecia –
- Uy, si, me había olvidado. Le ponés azúcar?
- Si, una sola.
-Tomá, guarda que está caliente, te vas a quemar la lengua.
Valentín se arrepintió de haberle advertido, a lo mejor si se quemaba la lengua no le preguntaba tantas cosas.
-Como está? Le dijo Valentín, perseguido por lo que había pensado.
-Rico, muy rico.
-Bueno, me alegro.
- Lucre…
-Si?
-Te puedo preguntar algo y me decís la verdad?
-Claro.
-Me veo muy mal?
Lucrecia rió.
- No, estás un poco flaquito y barbudo-continuó riendo- pero si te bañas, te afeitas y comés estas facturitas no queda una sola mujer cuerda en la cuidad.
La conversación no se enfocaba en Valentín, en su estado mejor dicho, pero daba vueltas el tema, como si fuera prohibido.
- Se acabó el agua del termo.-dijo Valentín-voy a calentar más.
- No, dejá. Es tarde.
Valentín frunció de hombros y la acompañó hasta la puerta.



3.

- Estás un poco flaquito y barbudo, pero si te bañas, te afeitas y comés estas facturitas no queda una sola mujer cuerda en la cuidad. Las palabras de Lucrecia no lo dejaban en paz, había pensado toda la noche en su imagen, era todo lo que le preocupaba.
No perdió tiempo. Se levantó temprano y se metió en el baño. Afeitadora, afeitadora afeitadora –buscaba como loco – acá!-pegó el grito. Se miró en el espejo y con una tijera oxidada corto su barba, se enjabonó y luego se afeitó por completo.
Puso un CD de Spinetta, le despertaba el ánimo.

Pronto el sol estallará
Y no habrá cielo entre nosotros,
Quedará este sueño final
Solo un niño con sus alas...

En el baño abrió la ducha y tarareando refregó su cabeza . Cuando los dedos se le arrugaron y el agua se puso tibia,salió envuelto en una toalla amarilla. Se vistió frente al espejo y se vió como nuevo.Era por lo general delgado, pero Lucrecia tenía razón, necesitaba comer. La panza se le hundia cuando ataba sus cordones y las piernas parecian escarbadientes desfilando en las calles.
Bajó las escaleras, tomó papel, lápiz y luego escribió:

Marcela: Fué usted muy amable en este tiempo, supo entenderme mejor que nadie y por eso le pido este último favor. Hay una carta junto a ésta, necesito que se la entregue a Lucrecia mañana por la tarde, ella seguro viene, no se preocupe.
Gracias.
  • · 1 kilo de manzanas ,1/5 de mandarinas
  • · 2 cajas de ravioles “ La marcada Sur”
  • · 1 paquete de azúcar “ La Cumbrecita”
  • · 2 docenas de facturas
  • · 3 tomates grandes, 2 zanahorias , 5 plantitas de lechuga , medio repollo
  • · café para filtro
PD: Evite esta vez falsificar los precios del mercado y no se justifique, puede quedarse con el vuelto.
Valentín.


Hacía dos meses que Valentín mandaba a comprar a su vecina. Bien sabía que ella odiaba ir al mercado, imitando la voz de un operador la llamaba por teléfono y le anunciaba que tenía correo. Corría hasta su buzón y antes de que lo vea dejaba la lista. Parecía un niño jugando a las escondidas, esperaba hasta que su vecina de mala gana le arrojaba las cosas en su puerta . Valentín por la mirilla seguía la seguia hasta que se iba y así entraba la mercadería con prisa.

-1 kilo de manzanas ,1/5 de mandarinas; 2 cajas de ravioles “La marcada Sur “; 1 paquete de azúcar “La Cumbrecita”; 2 docenas de facturas; 3 tomates grandes, zanahorias, 5 plantitas de lechuga, medio repollo; café para filtro. Perfecto! y comió una manzana.

Lucrecia había llegado como él esperaba, a las 8.00. Habia golpeado durante cinco minutos la puerta pero Valentin sentado contra el marco se oponia hasta a respirar, se resistía a pestanear y sentia un elefante caminando por su pecho. Angustia colorida, angustia repetida y por momentos sentía la presencia de Mariel, lloraba. Lloraba sin parar.

4.

Cuando el reflejo se tendía anaranjado, sacó del un cajón un cuchillo y lo puso en su muñecas. Podia sentir a lo lejos su respiración, resonaba en la casa el llanto de Cati y afiera la bocina de algún vecino alterado. Valentin quería ver por última vez el sol, despedirse de él que tantos momentos había traido a su mente solitaria. Por la ventana las montañas se veían oscuras y
no tardó en caer que la sala quedó a oscuras. Con el frio filo rozando sus muñecas, volvian a sus ojos tantos momentos como manchas había en el techo y Mariel, su Mariel aparecia abrazada a él . Su rostro, su pelo, su hermosa sonrisa, el atardecer, sus manos y de nuevo juntos eternamente juntos. Valentín cerró lo más que pudo sus ojos, las lágrimas que con furia salían y mojaban mas aún su rostro, marcaban el tiempo que hacía que estaba ahí, intentando quitarse la vida. Abriendo, quizá, la última puerta que le quedaba.

5.

Lucrecia:

En estos cinco meses no he parado de pensar, di vueltas y vueltas en el tema, pero siento que sin Mariel no podré seguir. Quiero que me entiendas y que cuides con Cati. Si, hasta en los peores momentos tengo la frialdad del detalle, sé que lo estás pensando.
Lucrecia, fuiste como mi hermana y llevo conmigo muchos momentos.
No quiero que te tomes esta carta como “una nota suicida”, sabés que odio los protocolos. Tomala como una despedida, un último adiós.

Tu amigo, Valentín.

Valentín acabó con su vida esa misma noche.

6 comments so far.

  1. Anónimo 30 de agosto de 2008, 18:06
    Cómo explicar con palabras de este mundo
    que partió de mi un barco llevandomé
  2. Luz 31 de agosto de 2008, 15:51
    muii beioo tu escritoo caretoo tianno, dsp cuando t vea t hago mi comentario profesional :p ) .
    para que recordartee, q sos una capaa escribiendo, interpretas los sentimientos meejorr q nadiee , i la simulas mui bien, t admiro desde el fondo de mi (L) . siemrpe cn vs, tu amiga
  3. Anónimo 5 de septiembre de 2008, 19:48
    Upaaa... loka te escribiste la vida.. escribiste muchisimo, la verdad dos veces me dio fiaca y lo deje.. pero al final me puse las pilas y lo lei todo, y valio la pena, carito sos una kapa, la verdad escribis espectacular, no lo digo para quedar bien ni nada (tampoco para que te agarndes jaja) pero posta sos muy buenas escirbiendo, manifestas los sentimientos de una forma muy especial..
    bue basta de alagos...
    cuidate carito, te kiero mucho.
    Gonza
  4. Talita 8 de septiembre de 2008, 19:52
    Esto no es nuevo...
    es decir, que me sorprendas cada vez más.

    Te quiero mucho.
  5. Ben 18 de septiembre de 2008, 20:22
    Si te robo la historia para rodarla como corto te anojas? jeje Supongo que si acumulás algunos cuentos, y estoy seguro que todos te saldrán tan buenos como éste, deberias animarte a publicarlos algun día. Después de todo, nunca escribimos para nosotros mismos ;) . un beso cuidate!
  6. tico 24 de febrero de 2009, 16:47
    loka por fín pude escuchar "Funeral Jazz"!!! esta muy bueno, lástima q sea tan bajoneante jajaj
    como te habia dicho, la historia tambien excelente y muy representativa para algunos casos...
    segui escribiendo y quiero llegar a leer la continuacion de "Los Saxofonistas"!
    un besote lokasa!

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